miércoles, 24 de diciembre de 2008

Opinión

LOS REYES NO SE EQUIVOCAN

Graciela Beatriz Cabal
“Los Reyes no se equivocan”,
del libro Batata (Historias para nenes y perritos),
de Graciela Beatriz Cabal.
© 1998, Editorial Sudamericana S. A.


J ulieta terminó de lustrar los zapatos de ir a la escuela. Cierto que ella hubiera preferido poner las zapatillas rosas con estrellitas, las que le había regalado su madrina para el cumpleaños número seis.
Pero la mamá dijo que esas zapatillas eran una pura hilacha y que qué iban a pensar los Reyes Magos.
–Ya que estamos, Julieta –aprovechó la mamá–, dámelas que te las tiro de una vez por todas a la basura.
Porque a la mamá de Julieta no le gustaban las cosas gastadas o con agujeros. Tampoco le gustaban las cosas sucias o desprolijas. Y siempre tenía la casa limpia, reluciente y olorosa a pino. Debía de ser por eso que la mamá de Julieta no podía ni oír hablar de perros.
–Perros en esta casa, jamás –decía–. Los perros ensucian, rompen todo y traen pestes. Así que en la casa de Julieta no había perros, había tortuga.
Y no es que Julieta no le tuviera cariño a la Pancha. Pero la Pancha era medio aburrida, y se la pasaba durmiendo en su caja.
Lo que Julieta quería –y lo quería con toda el alma– era un perro. Un perro que le lamiera la mano y la esperara cuando ella volvía de la escuela. Un perro que le saltara encima para robarle las galletitas. Por eso Julieta le había pedido un perro a los Reyes. Y los Reyes se lo iban a traer, porque siempre le habían traído lo que ella les pedía.
Y su mamá? ¿Qué diría su mamá del perro?, se preguntó Julieta y el corazón le hizo tiquitiqui toc toc.
Pero enseguida pensó que su mamá no iba a tener más remedio que aguantarse, porque uno no puede andar despreciando los regalos de los Reyes.
–¡Julieta! –dijo la mamá– Sacá la basura a la calle y vení a comer...
A Julieta no le gustaba nada sacar la basura, pero hoy tenía que portarse muy
bien porque era un día especial. Así que agarró la bolsa de la basura –con sus
zapatillas adentro, claro– y, sin protestar, atravesó el pasillo y la dejó en la vereda, al lado del arbolito.
Mientras hacía esfuerzos por dormirse, Julieta pensó que ella, a veces, no la entendía a su mamá. ¿No era, acaso, que los Reyes Magos, tan poderosos y tan ricos, se habían atravesado el mundo entero para ir a llevarle regalos a un
pobrecito bebé que ni cuna tenía? ¿Y esos Reyes se iban a asustar de sus zapatillas gastadas? Pero bueno, mejor pensar en el perro, que a ella le encantaría blanco y medio petiso.
Y Julieta se quedó dormida.
30 A la mañana siguiente, Julieta se despertó tempranísimo.
Allí, junto a sus zapatos brillantes, estaba el perro.
–¿Viste, nena? –dijo la mamá–. ¡Un perro, como vos querías! Mirá: si le tirás de acá, mueve la cola y las orejas... ¿Estás contenta?
No. Julieta no estaba contenta. El perrito que le habían traído los Reyes era más aburrido que la Pancha. Porque la Pancha, por lo menos, estaba viva, aunque a veces mucho no se le notara.
Este perrito no le lamería la mano a Julieta, ni le robaría las galletitas, ni nada de nada.... ¿Es que los Reyes se habían equivocado?
Pero cuando, al rato nomás, Julieta salió a comprar la leche, pensó que no, que los Reyes Magos nunca se equivocan: al lado del árbol, con una de sus zapatillas entre los dientes y la otra entre las patas, había un perrito blanco y medio petiso.
El perrito la miró a Julieta y, sin soltar las zapatillas, le movió la cola. Entonces
Julieta lo agarró en brazos y corrió a su casa gritando:
–¡¡Mamaaaá!! ¡¡Mamaaaá!! ¡¡Los reyes me pusieron uno de verdad en las zapa!!
La mamá salió al pasillo y lo único que dijo fue:
–¡Ay, mi Dios querido!
Pero se ve que no se animó a despreciar un regalo hecho por los mismísimos Reyes, porque después de un rato de mirarla a la hija y al perrito, agregó por lo bajo:
–Entren nomás, que este perrito necesita un baño de padre y señor mío...
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libertad de elección

EL HOMBRECITO VERDE Y SU PÁJARO


Laura Devetach
“El hombrecito verde y su pájaro”,
del libro El hombrecito verde y su pájaro, de Laura Devetach.
© Ediciones Colihue

E l hombrecito verde de la casa verde del país verde tenía un pájaro.
Era un pájaro verde de verde vuelo. Vivía en una jaula verde y picoteaba verdes
verdes semillas.
El hombrecito verde cultivaba la tierra verde, tocaba verde música en su flauta y
abría la puerta verde de la jaula para que su pájaro saliera cuando tuviera ganas.
El pájaro se iba a picotear semillas y volaba verde, verde, verdemente.
Un día en medio de un verde vuelo, vio unos racimos que le hicieron esponjar las
verdes plumas.
El pájaro picoteó verdemente los racimos y sintió una gran alegría color naranja.
Y voló, y su vuelo fue de otro color. Y cantó, y su canto fue
de otro color.
Cuando llegó a la casita verde, el hombrecito verde lo esperaba con verde sonrisa.
–¡Hola, pájaro! –le dijo.
Y lo miró revolotear sobre el sillón verde, la verde pava y el libro verde.
Pero en cada vuelo verde y en cada trino, el pájaro dejaba manchitas amarillas, pequeños puntos blancos y violetas.
El hombrecito verde vio con asombro cómo el pájaro ponía colores en su sillón verde, en sus cortinas y en su cafetera.
–¡Oh, no! –dijo verdemente alarmado.
Y miró bien a su pájaro verde y lo encontró un poco lila y un poco verdemar.
–¡Oh, no! –dijo, y con verde apuro buscó pintura verde y pintó el pico, pintó las patas, pintó las plumas.
Pero cuando el pájaro cantó, no pudo pintar su canto. Y cuando el pájaro voló,
no pudo pintar su vuelo. Todo era verdemente inútil.
Y el hombrecito verde dejó en el suelo el pincel verde y la verde pintura. Se sentó en la alfombra verde sintiendo un burbujeo por todo el cuerpo. Una especie
de cosquilla azul.
Y se puso a tocar la flauta verde mirando a lo lejos. Y de la flauta salió una música verdeazulrosa que hizo revolotear celestemente al pájaro.
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Identidad

LOS SUEÑOS DEL SAPO

Javier Villafañe
“Los sueños del sapo”,
del libro Los sueños del sapo, de Javier Villafañe.
© Editorial Edicial

Una tarde un sapo dijo:
–Esta noche voy a soñar que soy árbol.
Y dando saltos, llegó a la puerta de su cueva. Era feliz; iba a ser árbol esa noche.
Todavía andaba el sol girando en la rueda del molino. Estuvo un largo rato mirando el cielo. Después bajó a la cueva, cerró los ojos y se quedó dormido.
Esa noche el sapo soñó que era árbol.
A la mañana siguiente contó su sueño.
Más de cien sapos lo escuchaban.
–Anoche fui árbol –dijo–, un álamo.
Estaba cerca de unos paraísos. Tenía nidos. Tenía raíces hondas y muchos brazos
como alas, pero no podía volar. Era un tronco delgado y alto que subía. Creí que caminaba, pero era el otoño llevándome las hojas. Creí que lloraba, pero era la lluvia. Siempre estaba en el mismo sitio, subiendo, con las raíces sedientas y profundas. No me gustó ser árbol.
El sapo se fue, llegó a la huerta y se quedó descansando debajo de una hoja de acelga.
Esa tarde el sapo dijo:
–Esta noche voy a soñar que soy río.
Al día siguiente contó su sueño. Más de doscientos sapos formaron rueda para oírlo.
–Fui río anoche –dijo–. A ambos lados, lejos, tenía las riberas. No podía escucharme. Iba llevando barcos. Los llevaba y los traía. Eran siempre los mismos pañuelos en el puerto. La misma prisa por partir, la misma prisa por llegar. Descubrí que los barcos llevan a los que se quedan. Descubrí también que el río es agua que está quieta, es la espuma que anda; y que el río está siempre callado, es un largo silencio que busca las orillas, la tierra, para descansar. Su música cabe en las manos de un niño; sube y baja por las espirales de un caracol. Fue una lástima. No vi una sola sirena; siempre vi peces, nada más que peces. No me gustó ser río.
Y el sapo se fue. Volvió a la huerta y descansó entre cuatro palitos que señalaban
los límites del perejil.
Esa tarde el sapo dijo:
–Esta noche voy a soñar que soy caballo. Y al día siguiente contó su sueño. Más de trescientos sapos lo escucharon. Algunos vinieron desde muy lejos para oírlo.
–Fui caballo anoche –dijo–. Un hermoso caballo. Tenía riendas. Iba llevando un hombre que huía.
Iba por un camino largo. Crucé un puente, un pantano; toda la pampa bajo el látigo. Oía latir el corazón del hombre que me castigaba. Bebí en un arroyo. Vi mis ojos de caballo en el agua. Me ataron a un poste. Después vi una estrella grande en el cielo; después el sol; después un pájaro se posó sobre mi lomo. No me gustó ser caballo.
Otra noche soñó que era viento. Y al día siguiente dijo:
–No me gustó ser viento.
Soñó que era luciérnaga, y dijo al día siguiente:
–No me gustó ser luciérnaga.
Después soñó que era nube, y dijo:
–No me gustó ser nube.
Una mañana los sapos lo vieron muy feliz a la orilla del agua.
–¿Por qué estás tan contento? –le preguntaron.
Y el sapo respondió:
–Anoche tuve un sueño maravilloso. Soñé que era sapo.

Nombre y nacionalidad

¿QUIÉN LE PUSO EL NOMBRE A LA LUNA?

Mirta Goldberg

“Quién le puso el nombre a la luna”,
del libro Nuevo Viento en popa I. Taller de la palabra,
de Mirta Goldberg y María Inés Bogomolny.
© Aique Grupo Editor S.A.

¿Quién le puso el nombre a la luna? ¿Habrá sido la laguna, que de tanto verla por la noche decidió llamarla luna?

¿Quién le puso el nombre al elefante? ¿Habrá sido el vigilante, un día que paseaba muy campante?

¿Quién le puso el nombre a las rosas?
¿Quién le pone el nombre a las cosas?

Yo lo pienso todos los días. ¿Habrá un señor que se llama Ponenombres que saca los nombres de la Nombrería?

¿O la arena sola decidió llamarse arena y el mar solo decidió llamarse mar?

¿Cómo será?

(Menos mal que a mí me puso el nombre mi mamá.)

RESPETO

CUENTO CON VOSOTROS
UN LIBRO DE CUENTOS SOBRE TUS DERECHOS

Donde los derechos del niño Pirulo chocan con los de la rana Aurelia


A Pirulo le gusta ir a la casa de su abuela porque en el jardín hay un estanque y el estanque está lleno de ranas.
Además le gusta ir por otras razones.
Porque su abuela nunca le pone pasas de uva a la comida. Y para él, que lo obliguen a comer pasas de uva es una violación al artículo 37 de los Derechos del Niño que prohíbe los tratos inhumanos.
Porque su abuela no le impide juntarse con los chicos de la ferretería para reventar petardos, de modo que goza de libertad para celebrar reuniones pacíficas, como estipula el artículo 15.
Porque su abuela no le hace cortar el pasto del jardín, lo que sería una forma de explotación, prohibida por el artículo 32.
Porque su abuela jamás lo lleva de visita a la casa de su prima. Según Pirulo, que lo lleven de prepo a la casa de su prima viola el artículo 11, que prohíbe la retención ilícita de un niño fuera de su domicilio .
Porque su abuela nunca limpia la pieza donde él duerme, así que no invade ilegalmente su vida privada. Artículo 16.
Porque su abuela jamás atenta contra su libertad de expresión oral o escrita –artículo 13–, de manera que puede decir todo lo que piensa sobre su maestra Silvina sin que su abuela se enoje.
Para hacerla corta: en casa de su abuela él es una persona respetada.
Pero lo que más le gusta es el estanque de ranas del jardín. Ahora mismo, amparado por el artículo 31, se dispone a gozar de una actividad recreativa apropiada para su edad: va a cazar ranas.
Prepara la carnada de salchicha, agarra la linterna y la bolsa de arpillera. Es de noche. En verano las ranas se cazan de noche. Su abuela duerme.
Con mucha mala suerte, la primera rana que saca del estanque es Aurelia.
–¡Un momento! –le dice Aurelia– ¿Qué estás haciendo?
–Cazo ranas.
–Lo siento, pero los animales tenemos derecho a la existencia.
–¿Eso quién lo dice?
–El artículo 1 de la Declaración Universal de Derechos del Animal proclamada en París en 1978.
–¿Eso vale en la Argentina?
–Sí, vale.
10–Pero yo tengo derecho a las actividades recreativas apropiadas para mi edad y en este instante mi actividad recreativa consiste en cazar ranas.
Aurelia se impacienta.
–Y yo te recuerdo que tenés que respetar nuestra longevidad natural. Así que te vas a quedar sin comer ranas.
Pirulo levanta la voz.
–¡Yo no las como! ¡No me gustan! ¡Se las va a comer mi abuela!
–¡Entonces peor! ¡Vos las cazás sólo para divertirte! ¿Con qué derecho? ¿Te gustaría que te cazaran por diversión?
–¡No es lo mismo! ¡Yo soy una persona!
–¡Vos sos un animal de otra especie, y punto!
En el estanque se armó una batahola. Todas las ranas croaban y saltaban. Pirulo reculó un poco, pero su indignación era grande.
–¡No me voy de acá sin ranas!
–¡Antes pasarás sobre mi cadáver!
En ese momento se abrió la ventana del dormitorio de la abuela. Era ella, asomada, con los pelos parados y una batería de chancletas en la mano.
–¿SE VAN A DEJAR DE ROMPER DE UNA BUENA VEZ? ¿SABEN QUÉ HORA ES? ¿CONOCEN EL ARTÍCULO 11 DE LOS PRINCIPIOS A FAVOR DE LAS PERSONAS DE EDAD? ¿SABEN QUE TENGO DERECHO AL BIENESTAR FÍSICO, MENTAL Y EMOCIONAL? ¿Y QUE PARA ESO NECESITO DORMIR? ¿LES ENTRA EN LA ABEZA? ¡DORMIIIIIIIIR! ¡DORMIIIIIIIR!
Con la primera chancleta no acertó. Con las otras sí.
Pirulo estaba muy confundido. Aurelia también. Se miraron.
–Eso fue una agresión por parte de la abuela.
–Injusta me parece a mí.
–Pará, ¿dónde podemos aclarar todo esto?
–En las Naciones Unidas.
–Vamos.
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lunes, 22 de diciembre de 2008

LOS DERECHOS DE LOS NIÑOS Y NIÑAS

Lo primero que vamos a poner sobre nuestro trabajo son los 10 principios que explicamos en clase. En las siguientes actualizaciones iremos metiendo el cuento que contó Bea C. y otros que están relacionados con los derechos de los niños y niñas.


ANTECEDENTES


S. XIX: Primera mención de los derechos del niño. “El niño”. J. Vallés. 1879.
- Principios del S.XX: Solo alusiones literarias, científicas y pedagógicas.
- Año 1948: Se aprobó la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
- Año 1959: Declaración Universal de los Derechos del Niño.

La declaración de los Derechos del niño, adoptada por la Asamblea General de las naciones Unidas, el 20 de noviembre de 1959, mediante la resolución 1386(XIV)10, establece en su articulado, una serie de principios que recogen los derechos primordiales que deben regir durante la infancia

Principio 1
El niño disfrutará de todos los derechos enunciados en esta Declaración. Estos derechos serán reconocidos a todos los niños sin excepción alguna ni distinción o discriminación por motivos de raza, color, sexo, idioma, religión, opiniones políticas o de otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento u otra condición, ya sea del propio niño o de su familia.



Principio 2
El niño gozará de una protección especial y dispondrá de oportunidades y servicios, dispensado todo ello por la ley y por otros medios, para que pueda desarrollarse física, mental, moral, espiritual y socialmente en forma saludable y normal, así como en condiciones de libertad y dignidad. Al promulgar leyes con este fin, la consideración fundamental a que se atenderá será el interés superior del niño.



Principio 3
El niño tiene derecho desde su nacimiento a un nombre y a una nacionalidad.



Principio 4
El niño debe gozar de los beneficios de la seguridad social. Tendrá derecho a crecer y desarrollarse en buena salud; con este fin deberán proporcionarse, tanto a él como a su madre, cuidados especiales, incluso atención prenatal y postnatal. El niño tendrá derecho a disfrutar de alimentación, vivienda, recreo y servicios médicos adecuados.



Principio 5
El niño física o mentalmente impedido o que sufra algún impedimento social debe recibir el tratamiento, la educación y el cuidado especiales que requiere su caso particular.


Principio 6
El niño, para el pleno y armonioso desarrollo de su personalidad, necesita amor y comprensión. Siempre que sea posible, deberá crecer al amparo y bajo la responsabilidad de sus padres y, en todo caso, en un ambiente de afecto y de seguridad moral y material; salvo circunstancias excepcionales, no deberá separarse al niño de corta edad de su madre. La sociedad y las autoridades públicas tendrán la obligación de cuidar especialmente a los niños sin familia o que carezcan de medios adecuados de subsistencia. Para el mantenimiento de los hijos de familias numerosas conviene conceder subsidios estatales o de otra índole.




Principio 7
El niño tiene derecho a recibir educación, que será gratuita y obligatoria por lo menos en las etapas elementales. Se le dará una educación que favorezca su cultura general y le permita, en condiciones de igualdad de oportunidades, desarrollar sus aptitudes y su juicio individual, su sentido de responsabilidad moral y social, y llegar a ser un miembro útil de la sociedad.
El interés superior del niño debe ser el principio rector de quienes tienen la responsabilidad de su educación y orientación; dicha responsabilidad incumbe, en primer término, a sus padres.
El niño debe disfrutar plenamente de juegos y recreaciones, los cuales deben estar orientados hacia los fines perseguidos por la educación; la sociedad y las autoridades públicas se esforzarán por promover el goce de este derecho.


Principio 8
El niño debe, en todas las circunstancias, figurar entre los primeros que reciban protección y socorro.




Principio 9
El niño debe ser protegido contra toda forma de abandono, crueldad y explotación. No será objeto de ningún tipo de trata.
No deberá permitirse al niño trabajar antes de una edad mínima adecuada; en ningún caso se le dedicará ni se le permitirá que se dedique a ocupación o empleo alguno que pueda perjudicar su salud o su educación o impedir su desarrollo físico, mental o moral.




Principio 10
El niño debe ser protegido contra las práticas que puedan fomentar la discriminación racial, religiosa o de cualquier otra índole. Debe ser educado en un espíritu de comprensión, tolerancia, amistad entre los pueblos, paz y fraternidad universal, y con plena conciencia de que debe consagrar sus energías y aptitudes al servicio de sus semejantes.





miércoles, 17 de diciembre de 2008

TEXTO:¿MÁS DIVORCIOS, MÁS PROBLEMAS?

1- ¿QUÉ OPINAS SOBRE LA LECTURA DEL TEXTO?

Las familias reestructuradas por haberse producido el divorcio entre el padre y la madre son cada vez más numerosas.
Estamos de acuerdo con la primera parte del texto, la cual citamos a continuación:
“En los matrimonios con alto nivel de conflictos que terminaron en divorcio, los niños en realidad se beneficiaron de la ruptura. Sin embargo, la mayoría de los divorcios ocurrieron en matrimonios con bajo nivel de conflicto, y aquí los niños sufrieron como resultado”( Booth y Amato, 2001).
Estamos de acuerdo con este estudio, ya que un niño cuando ve que uno de sus padres es el que daña al otro sufre y por ello en este caso se beneficiarían de la ruptura. En cambio cuando los niños no son conscientes de los problemas entre sus padres les cuesta mucho más asimilar el divorcio por ello sufren más.

Por otra parte, no estamos de acuerdo con otras partes del texto como por ejemplo: “muchas parejas evitan casarse, porque tienen miedo al divorcio” .
No estamos de acuerdo con este comentario del autor del texto, ya que pensamos que está basado en un método tradicionalista, la realidad actual ha ido evolucionando y la idea de casarse o no responde a ideas o principios de la pareja y no por miedo al divorcio.


2- ¿ESTAS DE ACUERDO CON LAS CONSECUENCIAS QUE SE PRESENTAN EN EL TEXTO?


No estamos de acuerdo con las consecuencias del texto, porque depende de la situación por la que se produzca, dependiendo de cómo sea el niño, así va a reaccionar y también depende de la propia pareja.

En casos de maltrato, los niños son muy determinantes a la hora del divorcio.

3- ¿CÓMO CREES QUE ESTA SITUACIÓN PUEDE INFLUIR EN EL DESARROLLO DEL NIÑO?

Como bien hemos dicho antes, la influencia en el desarrollo de un niño
depende de cómo sea el niño, depende de la familia, de las causas, de la edad de los niños y del apego que tengan a sus padres.

Las consecuencias, dependiendo de las causas, son:
- A corto plazo: depresión, rechazo a la gente, ansiedad, dificultad en el aprendizaje, retraso escolar, etc.
- A largo plazo: problemas con alcohol o drogas, etc.

4- ¿QUÉ OPINAS SOBRE LA FRASE: “MEJOR CON UNA FAMILIA QUE NO SEPARADO O DIVORCIADO"?

No estamos de acuerdo con esta frase, porque entendemos que está fuera del contexto actual, ha habido un gran avance cultural y económico de la mujer que hace que muchas mujeres no piensen en lo económico a la hora de separarse. Además no estamos de acuerdo con esta frase, porque pensamos que esta mal planteada, ya que estar separado o divorciado no significa no tener familia, es un nuevo modelo de familia, una nueva estructura familiar la que surge tras una separación o divorcio.